La noche más corta del año, la mágica noche de San Juan, cuando salen las encantadas y las brujas, cuando, si buscamos, podemos encontrar tesoros en cuevas escondidas, pedir deseos o ver nuestro futuro y celebrar el verano el mismo día que empieza a morir. La noche en que invadimos masivamente las playas, encendemos hogueras, bebemos y comemos, festejamos, machacamos, ensuciamos, avasallamos... Nos mojarnos los pies y saltamos las olas en la hora más mágica de la más mágica noche, pisoteando de paso al pequeño y enfurruñado pez araña, que se venga ferozmente. Cabría desear que en defensa propia y de su hábitat, asolado la mañana siguiente por cenizas y basura de todo tipo. Y todo ello para ¿celebrar a la Tierra, a la Pachamama, nuestros sueños o por la diversión per se -cosa sanísima por otra parte-? Bastaría con un poquito de respeto.
viernes, 25 de junio de 2010
La venganza del Pez Araña
La noche más corta del año, la mágica noche de San Juan, cuando salen las encantadas y las brujas, cuando, si buscamos, podemos encontrar tesoros en cuevas escondidas, pedir deseos o ver nuestro futuro y celebrar el verano el mismo día que empieza a morir. La noche en que invadimos masivamente las playas, encendemos hogueras, bebemos y comemos, festejamos, machacamos, ensuciamos, avasallamos... Nos mojarnos los pies y saltamos las olas en la hora más mágica de la más mágica noche, pisoteando de paso al pequeño y enfurruñado pez araña, que se venga ferozmente. Cabría desear que en defensa propia y de su hábitat, asolado la mañana siguiente por cenizas y basura de todo tipo. Y todo ello para ¿celebrar a la Tierra, a la Pachamama, nuestros sueños o por la diversión per se -cosa sanísima por otra parte-? Bastaría con un poquito de respeto.
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