Paseando esta mañana por la Plaza Redonda, cuyos puestos siguen sin restaurar, era inevitable fijarse en las luces encendidas de sus faroles, incluida el de su fuente en el centro. Desconozco la razón. Error informático o qué. Pero era éste un derroche de energía que la calurosa mañana de Agosto no ocultaba. Derroche por derroche, la luz solar nos es más que suficiente, gracias.
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