El gobierno valenciano aprobó por via urgente un decreto-ley según el cual el Plan del Cabanyal no supone perjuicio, daño o deterioro del conjunto histórico. Así. Literalmente. ¿Y cómo? Pues derogando la declaración del zona de Bien de Interés Culturas aquellos zonas y aspectos que entren en contracción con el plan. ¿Criterios? Ninguno. El simple deseo de llevar a cabo a toda costa el la prolongación de Blasco Ibañez hasta el mar, un proyecto que se carga el centro del Barrio partiéndolo en dos y privándole de su identidad y memoria. Con este decreto, se empantana de nuevo la cosa. Aunque el Consell tiene prisa y ya se ha convocado reunión de las empresas implicadas en "Cabanyal 2010".
¿Prevalece el decreto de la Generalitat o la resolución del Ministerio de Cultura? El Tribunal Supremo ya estableció que corresponde al Ministerio de Cultura del Gobierno central el velar por el patrimonio y el determinar si se produce expolio o no. Y eso es lo que ha hecho. El plan es incompatible con el BIC. Pues ahí va decreto. No hay BIC donde no nos interesa. Y se esconden tras los votos.
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