Dando vueltas con mi cámara por el barri del Mercat, he mirado hacia arriba, por casualidad o al acecho, no lo se, pero allí estaba, la pegatina de una salandra que un/a artista que no conozco había tenido la inteligencia y sensibilidad de colocar. Justo en la caja de cables, bajo la marquesina de una tienda, iluminando mi cara con una sonrisa y la calle con su vida inventada.
2 comentarios:
muy chulo. Excelente blog..:)
Gracias Nuria. Igualmente!
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