jueves, 8 de enero de 2009

¿Menos es más? El Rialto I


Menos no es más para una mentalidad barroca y afectada de horror vacui como la mía. Algo que descubrí en cuanto puede decidir sobre la decoración de mi habitación. O la porción de ella que me correspondía. ¿Y esto a cuenta de qué? Pues a cuenta del Rialto. Encantada como estoy con su reapertura -con demora, o no (llegué a temerme lo peor)-, no dejo de preguntarme sobre la necesidad real de su cierre, y sobre si era también estrictamente necesario cargarse la Sala Moratín -nada barroca, por otro lado- y la escalera de caracol del escenario del propio Rialto. Entiendo que la sala Moratín desaparece en favor de la Filmoteca. Es decir, ¿se amplía la Juan Piqueras? No, se crea la Luís García Berlanga. Pero hemos perdido la versatilidad de una sala que permitía montajes más abiertos, sin ataduras arquitectónicas. ¿Faltaba espacio para los espectadores de la Filmoteca -genial-, o sobraba para montajes más menos originales para poco público? En cuanto al Rialto en sí, hemos pasado del rojo al azul, la butacas son más cómodas, y ha mejorado la climatización. También la iluminación y la seguridad, que al parecer ha exigido la extracción de la escalera de caracol del escenario -por sentimental, que no práctica-. Pues a mi me gustaba, que le vamos a hacer.


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