La historia del Rialto resulta curiosa, pues al contrario que otros teatros, que dejaron de serlo para convertise en cines, él pasó de cine a Teatro, y sede de la Filmoteca. El edificio fue proyectado por el arquitecto Borso di Carminati en lenguaje art-decó y del Taller de Viena en 1935 por encargo de la familia Serrano Llacer para situar un cine. En 1985 la Generalitat Valenciana lo compró para rehabilitarlo y convertirlo en sede del Instituto Valenciano de Artes Escénicas, Cinematografía y Música. Tras quince años de funcionamiento, la fachada mostró deterioro, incluso se produjeron desprendimientos -estamos hablando de un edificio declarado de interés histórico-artístico. En fin, que se cerró durante más de un año, y además de arreglar la fachada, se remodeló el interior. Y yo, -qué obsesión- a vueltas con la escalera de caracol, un elemento que casi ningún director de escena se resistía a utilizar. ¿De dónde salió? Aún no lo se. El Rialto fue cine antes que teatro. ¿Cumplía entonces sí una función práctica tras la pantalla? Adonde ha ido sí lo se. A Camerinos. Quizás si algún día soy invitada, podré volverla a ver.
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2 comentarios:
Interessant.
No coneixia tot això.
Bon any, per cert.
Igualment!
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