La fina ironía de los resistentes, de los que no se resignan, de los que están ahí.
Después de años de abandono, tras el incendio que acabó con las esperanzas de convertir al Princesa en un local de uso público, conservando a la vez la memoria de la ciudad, sólo nos faltaba el previsible último acto: ruina inminente, y derribo. Poco importa que la alcaldesa declare que el solar será de uso público, si ni siquiera sabe responder si comprará, expropiará o qué.
Levante, 5/03/09Hay que conocer la voluntad de los propietarios porque lo que no vamos a hacer es improvisar
¡¡¿Improvisar?!!! No, qué idea.
Al final, la ironía y la esperanza.
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