Tras años de olvido y lucha solitaria y valiente, bastó un programa de televisión, el dedicado por Jordi Evole a las víctimas del accidente de Metro Valencia, para que la concentración que vienen realizando los 3 de cada mes en recuerdo del fatídico día y en demanda de justicia y respuestas pasara de unos pocos a ser una abrumadora multitud. Y estuvo bien. Pero a seguir así el próximo día 3. Porque las respuestas siguen sin llegar. Y ya soportamos demasiada vergüenza. Quienes somos capaces de sentirla, claro.